De acuerdo al artículo publicado por Hernán Uribe en clarín.cl, este 26 de enero, será la segunda vez que Raúl Castro Ruz visite Chile. Hace medio Siglo lo hizo junto al Comandante Manuel Piñeiro, el mítico Jefe del Departamento América del Partido Comunista de Cuba (PCC); Castro y Piñeiro tuvieron de anfitrión al entonces senador Salvador Allende. Ahora Raúl Castro llega encabezando la delegación cubana a la Cumbre de la Comunidad de Estados de América Latina y El Caribe (CELAC) y su anfitrión será el derechista Sebastián Piñera, Presidente de Chile.

El Mandatario cubano será protagonista en Chile por tres razones: tomará de manos de Piñera la presidencia de la CELAC; recibirá, como suele ocurrir cuando visita el país un alto dirigente de la Revolución Cubana, muestras de solidaridad de diversos sectores sociales y políticos; los medios pondrán en la agenda los cuestionamientos de la derecha y sectores del Partido Socialista al gobierno cubano y al propio jefe de Estado.

En el balance del gobierno de Piñera no aparece alusión alguna a un papel relevante o pro/activo en la CELAC, salvo unas últimas gestiones y viajes del canciller Alfredo Moreno, en el marco de iniciativas promovidas por Venezuela y Cuba. La presidencia de Chile en la CELAC pasó “sin pena ni gloria”.

Por ello, las notas de periódicos como El Mercurio y La Tercera respecto a la Cumbre apuntan a datos anecdóticos y colaterales como las “medidas de seguridad” en torno de de la reunión a la que asistirán jefes de Estado de 33 países (si llegan  todos). Son prácticamente inexistentes las informaciones sobre el rol del gobierno chileno en los trabajados de este organismo en los últimos meses.

Es probable entonces que lo más relevante que haga Piñera y que resalten los medios, sea el momento en que el Presidente le entregue la presidencia de la CELAC al jefe de Estado cubano, convirtiéndolo más en un episodio mediático que político/diplomático.

En el otro lado, para Cuba es un hecho estratégico asumir la presidencia de la CELAC y seguramente le dará un re/impulso a la labor del organismo bajo la doctrina bolivariana y, de acuerdo a lo publicado en la prensa cubana, incidir en trabajos, acuerdos y desarrollo a partir de criterios de solidaridad, cooperación e integración.

La CELAC, sin la participación de Estados Unidos, es una instancia prioritaria para Cuba y, con seguridad, Raúl Castro llegará a Chile a ratificar aquello. Ya en algunos medios de comunicación se habla de que seguramente durante la Cumbre habrá una nueva condena al bloqueo de Estados Unidos a la isla. Es previsible que el Mandatario isleño dé impulso a la serie de acuerdos que se producen entre países del Continente, y que vayan en la línea de convenios y coordinaciones como las establecidas por Brasil, Venezuela, Argentina, Ecuador, Cuba, México, y otros.

Además, estando en Santiago, el Presidente de Cuba tendrá que ver las bases y contenidos de lo que serán los diálogos y eventuales acuerdos con las naciones de la Unión Europea, ya que él presidirá el organismos latinoamericano y caribeño. Raúl Castro y el equipo de la presidencia de la CELAC tendrán un rol determinante en los relacionamientos con la U.E.

En medio de todo esto, el gobierno chileno, apoyado por partidos de la derecha, metió en la agenda un tema local y partidario, de corte judicial, pero ya convertido en un hecho mediático/político contingente que podría, eventualmente, como lo señalaron legisladores del país y hasta personeros de la administración piñerista, ensuciar o distorsionar el contenido y desarrollo fluido de la Cumbre.

En efecto, legisladores y dirigentes de la Unión Demócrata Independiente (UDI), de Renovación Nacional (RN), la Democracia Cristiana, la Corporación 11 de Septiembre (que reúne a pinochetistas) y el Partido Socialista, iniciaron, de acuerdo a todo lo aparecido en la prensa escrita y electrónica, una ofensiva en contra de Cuba, personalizada en Raúl Castro.

Cinco son los ejes que marcaron las acciones político/mediáticas de esas organizaciones: instalar que en Cuba se violan los derechos humanos; que el gobierno isleño y particularmente Raúl Castro, permiten que chilenos acusados de asesinar a Jaime Guzmán, puedan residir o entrar y salir del país caribeño; que Cuba ampararía a «terroristas» y alentó «actos extremistas en Chile»; instalar como tema central de la CELAC las acusaciones contra Cuba y su Presidente; potenciar el caso de la disidente isleña Rosa María Payá.

Esos ejes quedaron claros -en un conteo informal- en más de medio centenar de notas, columnas de opinión, editoriales, reportajes y entrevistas que aparecieron fundamentalmente en los diarios conservadores, noticieros de radios y televisión, y portales Web.

En contraste, en los mismos medios revisados, no pasaron de 15 las notas sobre la Cumbre de la CELAC y prácticamente fue nula la cobertura de graves problemas de derechos humanos en otros países, cuyos Mandatarios llegarán también a Chile.

Porque desde el punto de vista informativo llama la nula preocupación de la derecha chilena u otros sectores, por la situación de miles de ejecutados y desaparecidos en naciones como México y Colombia, la serie de asesinatos y violaciones a los derechos humanos en países como Honduras y Paraguay, afectados por asonadas golpistas, y otros temas sensibles y dramáticos que ocurren en naciones que son parte de la CELAC. Claro que en fuentes diplomáticas se dijo que «no son esos los temas que hay que presentarles a los Presidentes durante la Cumbre».

La opinión pública chilena no tiene idea de los planteamientos que llevará al encuentro regional el gobierno de Piñera, pero ya supo del compromiso de su administración de hacer todos los esfuerzos por «entregarle» a Raúl Castro una carta escrita por dirigentes y abogados de la UDI, donde habría antecedentes en cuanto a que en Cuba residen o transitan ciudadanos chilenos ligados al crimen de Jaime Guzmán.

Según notas de prensa, fuentes de la sección de Inteligencia de la PDI (Policía de Investigaciones), entregaron datos de un viaje a La Habana de familiares de una ex militante del FPMR (Frente Patriótico Manuel Rodríguez) que estaría ligada al  «Caso Guzmán», lo que la UDI sacó a relucir justo semanas antes de la llegada del Mandatario cubano a Santiago.

«Éste es un tema de suma importancia para Chile y, como gobierno, una vez que la UDI nos entregue los antecedentes y según su relevancia, plantearemos e tema ante las autoridades cubanas, ya sea al Presidente Raúl Castro o a su canciller» le dijo el Ministro de Relaciones Exteriores chileno al diario La Tercera. Luego, en punto de prensa, Alfredo Moreno, ya con el documento del partido de derecha en manos del gobierno, indicó que el propio Presidente Piñera o él mismo, le darían la misiva al jefe de Estado cubano. El Ministro del Interior, Andrés Chadwick, dijo que se daba «plena acogida» a la acción de la UDI.

Quienes conocen la actitud de las autoridades cubanas (que lidian con altos personeros de la diplomacia estadounidense, por ejemplo) frente a acciones como las que planificó la UDI, saben que las respuestas son firmes y tajantes. Ya le pasó a un par de legisladores democristianos que pensaban que la Embajadora cubana los recibiría portando una carta cuestionadora de decisiones del gobierno isleño, y tuvieron que dejar la nota en un buzón sin siquiera poder cruzar la reja de la Embajada.

En estos días, entre periodistas y corresponsales extranjeros se comenta que Sebastián Piñera pueda pasar por un chascarro diplomático si pretende salirse del protocolo diplomático que le marca ser anfitrión de una Cumbre internacional para hacerse cargo de un trámite de un partido político local.

Además, se podrían volver a generar críticas en el sentido de que, una vez más, Piñera se compró la presión y la agenda de la UDI, llevando a la Cumbre de la CELAC el asunto del «Caso Guzmán». Haciendo correr el riesgo al gobierno de pasar un mal momento diplomático y político, ensuciando la puesta en escena y distorsionando los contenidos de una reunión a donde vienen 33 jefes de Estado.Evento sobre el cual la derecha no ha expresado la más mínima preocupación, aun teniendo Chile la responsabilidad del logro de la Cumbre.

En sectores diplomáticos, entre funcionarios extranjeros que ya están en Chile organizando la CELAC, y legisladores, se instaló la duda de por qué, en todo caso, los antecedentes que tienen dirigentes y abogados de la UDI no se hacen llegar a las autoridades cubanas por las normales vías diplomáticas, policiales y judiciales y ver qué pasa con eso y, en cambio, se pone como tema central de la Cumbre, eje mediático y como eje de ataque al Mandatario cubano.

Junto a lo anterior, senadores de la UDI junto a colegas de RN y el PS, votaron a favor de un proyecto de acuerdo en la Cámara Alta reclamando porque autoridades isleñas negaron permiso de salida a la disidente Rosa María Payá y pidiendo a Piñera que interfiriera. Una iniciativa similar, que tenía que ver también con el emplazamiento a Raúl Castro, fue rechazada en la Cámara de Diputados.

El objetivo era que dicha disidente pudiera llegar a un seminario a una Universidad de la cual es rector el democristiano conservador Gutenberg Martínez, donde se trataría el tema de Cuba. Ese tipo de encuentros, con frecuencia, tienen el respaldo y financiamiento de la Fundación Konrad Adenauer, crítica de la Revolución Cubana. Esto se hizo en el marco de la visita de Raúl Castro a Chile.

Además, la Corporación 11 de Septiembre, grupo pinochetista integrado, entre otros, por ex oficiales de la dictadura, hizo un trámite judicial para que se cite a declarar a Raúl Castro por un caso de ingreso de armas a Chile para la resistencia.

Para cuando esté en Chile el Mandatario cubano, el secretario general de la UDI, José Antonio Kast, anunció que «como partido, como parlamentarios, tendremos que evaluar si tomamos alguna acción respecto de su visita». El diputado de esa colectividad, Iván Moreira, indicó que pedirá «audiencia» con el Presidencia cubano, en otra acción mediática porque parece seguro que se le denegará; no se descarta que este legislador haga una protesta frente al lugar de alojamiento del Mandatario, citando a los medios, y quizá, según la tónica que hay, tenga mayor cobertura que la propia CELAC. Reportero de varios medios comentaron en estos días que la pauta es privilegiar todo lo conflictivo en torno de la visita de Raúl Castro, la carta de la UDI y Piñera frente al jefe de Estado cubano (además de lo que ocurra con Presidentes de países fronterizos y Mandatarios europeos).

En contraste, comenzó una campaña en Twitter de apoyo a Raúl Castro y a la Revolución Cubana, se anuncian manifestaciones de respaldo a Cuba y su gobierno frente a la Embajada y se realizarán actividades culturales y de solidaridad en varios espacios, incluida la Cumbre de los Pueblos.

No se sabe si está agendado que Raúl Castro concurra a esos eventos; hay versiones de que llegará justo para participar en la CELAC y partirá en cuanto termine el encuentro con la Unión Europea.

En todo este contexto, legisladores como Ricardo Lagos y Jorge Tarud del PPD, Guillermo Teillier del Partido Comunista y Alejandro Navarro del MAS, indicaron que el tema de antecedentes en el «Caso Guzmán» debe correr el trámite legal y diplomático correspondientes y no traerse como asunto de la Cumbre y de cuestionamiento a un jefe de Estado invitado al encuentro regional. Tarud manifestó que el plan de la derecha «solamente tiene un efecto mediático, porque ningún Tribunal puede llamar a declarar a un jefe de Estado. Aquí se trata de montar una situación».

Todo indica, en efecto, que el gobierno de Sebastián Piñera y la UDI insistirán en ejes mediáticos y políticos de instalar situaciones que van a distorsionar contenidos de la Cumbre de la CELAC y que están destinadas a golpear a Raúl Castro. La incertidumbre radica en a tensión diplomática que esto puede generar y la reacción de los demás jefes de Estado de la CELAC.-